Un grupo de estudiantes de la facultad de Ciencias Químico Farmacéuticas y Bioquímicas participa en la restauración del monumento a los caídos en Ayo Ayo y Cosmini (Guerra Civil de 1899) ubicado en El Cementerio General, esto con el fin de preservar el patrimonio artístico de la capital, que a la vez tiene una significación histórica de mucha importancia para Sucre.
Aproximadamente 150 estudiantes realizan estas tareas en coordinación con la docente Rosario Aliaga y bajo el asesoramiento del restaurador del Museo Colonial Charcas, Ramón Delgado, quien explicó que la limpieza del monumento se lleva adelante con un ácido vegetal elaborado con la pulpa de tomate y algunos aditivos químicos que facilita quitar la malaquita y la suciedad prendidas en cada una de las piezas.
“Se obtiene este producto gracias a la combinación de la pulpa del tomate con retardantes como el colágeno y la hiel de buey.
Esta nueva sustancia es utilizada en la limpieza de este tipo de obras elaboradas por lo general en bronce”, explicó Delgado.
Los estudiantes son de primero, segundo y tercer año, quienes cumplen específicas tareas en este proyecto, que además de beneficiar a la ciudad, coadyuva en la formación profesional, pero también significa, dijo la docente de Farmacia y Bioquímica, Rosario Aliaga, que el estudiante se incorpora en proyectos de restauración que benefician directamente al patrimonio de la ciudad.
“Los estudiantes son parte de ese proyecto que busca la restauración y conservación del patrimonio departamental. Esta experiencia sin duda fortalecerá su formación y sus perspectivas laborales en un futuro”, además anunció que este tipo de trabajos se reproducirán más adelante en otros monumentos que tiene la capital.
El monumento a los mártires de Ayo – Ayo y Cosmini.
En él descansan los restos de 27 jóvenes chuquisaqueños, en su mayoría estudiantes de San Francisco Xavier, que fueron brutalmente asesinados durante la Guerra Civil de 1899.
Entre las piezas resalta un libro abierto donde están grabados los nombres de quienes un día sacrificaron su vida por la capital de Bolivia.
Otra pieza importante es la urna tallada en piedra, en cuyo interior se hallan las cenizas. Según registros históricos, el 15 de diciembre de 1905 los cuerpos de estos valerosos soldados fueron entregados por la población de Ayo Ayo (La Paz), gracias a las gestiones de Don Luis de Argandoña.


